Educación sexual

Si bien existe una ley que promueve la educación sexual integral en las escuelas el primer ámbito dónde los niños y niñas reciben información sobre la sexualidad es en sus hogares. Debemos saber que cuando hablamos de sexualidad no nos referimos exclusivamente a las relaciones sexuales, sino también a los afectos, las emociones, el erotismo, la privacidad y el respeto involucrados en ésta.

En el entorno familiar no sólo se habla a través de las palabras sino también a través de los gestos, la forma en que se comunican y vinculan los miembros de la familia, los roles que ocupan hombres y mujeres y la manera de expresar afecto, todo forma parte de la educación sexual, al mismo tiempo cuando en la familia hay temas de los que no se habla por temor o por censura también estamos dando un mensaje. 

La educación sexual es un derecho de los niños y niñas y es importante porque les ayuda a comprender lo que les pasa, a sentirse escuchados y respetados, a tener un espacio donde dialogar sobre sus inquietudes y a la vez ayuda a desarrollar la capacidad de reconocer cuándo estamos cómodos y cuándo no. La educación sexual es un elemento protector frente a situaciones de abuso sexual, coerción o violencia.
 
Los niños presentan inquietudes, algunas pueden ser acerca de su cuerpo, pueden preguntar “cómo se hacen los bebés”, "porqué hay parejas del mismo sexo", "porqué un amiguito tiene dos mamás", etc. No siempre nos resulta fácil abordar con sencillez y sinceridad estos temas. Aquí una guía elaborada por el Programa de Educación Sexual Integral del Ministerio de Salud para orientar a las familias.