Luego de tener COVID-19 ¿debo hacerme un control?

Muchas personas luego de haber presentado COVID-19 se acercan a la consulta médica con la expectativa de realizar estudios que corroboren su estado de salud. Esta percepción de vulnerabilidad y duda sobre la adecuada recuperación es alimentada a través de los medios de comunicación y las redes sociales que hacen foco en las posibles secuelas o complicaciones posteriores a la infección. Es importante aclarar que estas manifestaciones son sumamente infrecuentes. De ocurrir, se asocian a síntomas que empeoran progresivamente o se presentan en forma aguda (es decir, en pocos días) alterando significativamente el estado de salud de la persona.

 

Sin embargo, la mayoría de los pacientes que se acercan al consultorio manifiestan estar asintomáticos o tener síntomas leves que mejoran lentamente. En el otro extremo, son muy pocos aquellos con síntomas prolongados. En línea con lo que sucede en nuestros consultorios, un estudio británico observó que solo el 10% de los que presentaron COVID-19 tienen síntomas prolongados. La mayoría de estos pacientes mejoran con el paso del tiempo y se recuperan espontáneamente (aunque lentamente) con apoyo holístico, descanso, tratamiento sintomático y aumento gradual de la actividad. En cualquiera de estas situaciones no se requieren de exámenes complementarios para corroborar el estado de salud.

 

Por el contrario, los estudios están indicados en aquellos que después del alta de COVID-19 comienzan con dificultad para respirar, dolor de pecho u otra manifestación que llame la atención. Si bien lo más frecuente es que estos síntomas no hayan estado presentes previamente y aparezcan de forma repentina, también debe llamar la atención el empeoramiento de algún síntoma que el paciente ya presentaba.

 

Entonces, ante la preocupación por un síntoma es preciso realizar una consulta con su médico de cabecera quién podrá, mediante el interrogatorio, el examen físico y la medición de algunos parámetros, determinar si es necesario avanzar con algún estudio complementario. 

 
En relación a qué estudio hacer, no existe una recomendación estandarizada. La selección debe ser individualizada según la sintomatología de cada paciente y el criterio médico. 

 

Es importante recordar que algunas personas dadas de alta luego de una internación por COVID-19 presentan durante 4 a 8 semanas manifestaciones como: astenia (fatiga/cansancio), disnea (sensación de falta de aire), síntomas de trastorno por estrés postraumático, dolor, cambios de la voz, tos, disfagia (dificultad para tragar), angustia, tristeza, dificultad para concentrarse, alteraciones de la memoria e incontinencia de esfínteres.  En algunas oportunidades, los pacientes que han sido hospitalizados y, principalmente aquellos que estuvieron en cuidados intensivos, pueden requerir apoyo para su recuperación como la participación en programas de rehabilitación.

 

1-7-21