Los estigmas de la pandemia: hay coronavirus en el barrio...

Los médicos solemos decir “tiene síntomas sospechosos de apendicitis” o bien “sospechamos que la causa de  la cefalea es tensional”, pero frecuentemente hacemos un uso irreflexivo de la palabra sospechoso. Ya no son los síntomas los que generan la sospecha y pasamos a pensar que “el paciente es sospechoso de…” o bien a definirlo como un “caso sospechoso” si presenta fiebre y tos. Finalmente “la sospecha” está en la sociedad, y sospechamos del vecino, del que pasa cerca mientras caminamos, del que nos vende la verdura, del que tose por cualquier causa. Nuestra mirada cambia sobre el otro, y sabemos que la mirada de los demás cambiará sobre nosotros si nos trasladan a un hospital o si se enteran que el hisopado que noshicieron dio positivo. 


“Me dan miedo los vecinos”, me escribió una paciente cuyo su marido había dado positivo para COVID-19. No le da miedo la infección, no le da miedo contagiarse, le dan miedo sus vecinos. 


Algunas personas temen llamar al 107 o al 148  o al número de referencia porque eso traerá a una ambulancia, mamelucos blancos y escafandras que anunciarán que existe un “caso sospechoso” en esa vivienda y quedarán expuestos ante los demás. 

 

Las situaciones que se dieron a conocer a través de los medios de comunicación en las que algunos vecinos dejaban carteles de rechazo hacia las personas que trabajan con pacientes con COVID-19, son tal vez el fantasma de las personas que, por temor a la estigmatización, evitan consultar o difundir el resultado positivo de sus estudios. 
 


La estigmatización no solo perjudica a las personas que la padecen sino a la comunidad en su conjunto, ya que predispone a la demora o ausencia de consulta ante la presencia de síntomas de COVID-19, al mismo tiempo que se demoran el diagnóstico y el aislamiento necesarios para reducir la diseminación del virus.  

 

Ante el diagnóstico de COVID-19 es preciso cumplir con el aislamiento recomendado y evitar el contacto con otros, sin embargo, esto no implica atravesar esta situación en soledad. Es más sencillo pasar las situaciones difíciles cuando uno lo hace con profesionales que nos cuidan y nos contienen y amigos y familiares que nos acompañan, pero en esta oportunidad habrá que cuidarse evitando el contacto directo. Afortunadamente contamos con dispositivos tecnológicos que permiten minimizar los riesgos y favorecer otro tipo de contacto. De esta manera, podemos acompañar, comunicarnos y también brindar apoyo resolviendo cuestiones prácticas como acercar alimentos al domicilio o un libro a la internación.



También escuchamos decir que el problema está en los barrios populares o en las villas. Sin embargo, ya hemos vivido las consecuencias de esto con otras epidemias, como la del SIDA, en las que la estigmatización de ciertos sectores generó una falsa percepción entre quienes no pertenecían a los grupos considerados de riesgo lo que los condujo a no cumplir con las medidas de prevención y cuidado porque creían que no se contagiarían. De la misma forma, creer que el COVID-19 es patrimonio de determinados sectores es un error, las medidas de cuidado y prevención nos involucran a todos.   


Probablemente el rechazo nace del temor y el desconocimiento. Tal vez resulta más fácil pensar que el problema es del otro o está en el otro. El miedo nos lleva frecuentemente a conductas excesivas que nos distraen de las importantes, nada peor que la ignorancia para exacerbar los miedos. Conocer cómo cuidarse y cómo cuidar a los demás es la clave. (Ver: COVID-19 ¿Qué es? ¿Cómo prevenirlo?)


Casi todos hemos pasado una gripe en nuestras vidas, casi todos necesitamos en ese momento que alguien nos prepare un té y nos haga un mimo. El episodio pasó y volvimos a nuestra rutina sin mayores reflexiones. El COVID-19 se manifiesta de manera similar en la mayoría de las personas, lo que diferencia este momento es la contagiosidad del virus y, por lo tanto, la mayor cantidad de casos complicados que requerirán hospitalización al mismo tiempo, posiblemente saturando las camas de los hospitales. Ante todo, debemos saber que todos estamos expuestos a la posibilidad de la infección.  Esta certeza debería favorecer la comprensión y la empatía entre todos. Quién se contagia no necesariamente hizo las cosas mal, existen situaciones que favorecen una mayor exposición aún con los cuidados adecuados. Emitir juicios no nos ayuda. 


Tanto las expresiones de personas conocidas públicamente que han padecido el COVID-19 como la difusión, que cualquier persona puede realizar, de mensajes dirigidos a evitar la estigmatización a través de las redes sociales y los medios de comunicación son formas de colaborar con actitudes positivas. 

 

Referencias
Social Stigma associated with COVID-19
https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/covid19-stigma-guide.pdf?sfvrsn=226180f4_2

Cómo reducir el estigma asociado al COVID-19
https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/daily-life-coping/reducing-stigma.html

Dónde comprar medicamentos para prevenir la COVID-19

https://www.scontibox.com/codice/farmacia-pagopoco/

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