¿Cómo diferenciar los síntomas de COVID-19 de otros cuadros?

 
Los síntomas del COVID-19 son comunes a distintas enfermedades y resulta muy difícil diferenciarlos según su causa. Sin embargo, existen algunas características que nos pueden ayudar. Probablemente la mayoría conoce cuáles son los síntomas que hacen sospechar una infección de COVID-19, pero no podemos avanzar en detalles sobre los síntomas sin enunciarlos primero.


A la fecha, 18/09/20, el Ministerio de Salud de la Nación define como caso sospechoso de COVID-19 en la población general que reside en zonas donde existe la circulación comunitaria del virus, a las personas que presenten 2 o más de los siguientes (sin otra etiología que explique completamente la presentación clínica):
 
  • Fiebre (37.5°C o más)
  • Tos
  • Odinofagia (dolor de garganta)
  • Dificultad respiratoria
  •  Cefalea
  • Mialgias
  • Diarrea/vómitos
  • Alteración del olfato y gusto


Dificultad para respirar: decidimos comenzar jerarquizando su presencia porque, si bien no es el síntoma más frecuente del COVID-19, es el más preocupante. Este síntoma no es común en la mayoría infecciones respiratorias como catarros, resfríos o gripe común, entonces su presencia en el contexto de la pandemia nos hace pensar en COVID-19 en primera instancia. La dificultad respiratoria puede ser un signo de gravedad y debe motivar la solicitud de atención médica.  Debemos saber que puede asociarse a otras patologías (asma, insuficiencia cardíaca, neumonía de origen no COVID-19) que también requieren asistencia.


Los dos síntomas más frecuentes son la fiebre y la tos seca (sin mucosidad), se recomienda consultar ante su presencia. A veces surgen síntomas menores y se nos presentan dudas acerca de su importancia. Trataremos de describirlos de forma más detallada haciendo hincapié en las diferencias que acercan o alejan la probabilidad de COVID-19. 


Fiebre: suele estar presente en casi el 90 % de los casos COVID-19 sintomáticos, en general con valores superiores a 37.8 °C. El Ministerio de Salud establece que cuando la temperatura supera o es igual a 37.5°C se la puede considerar un síntoma dentro de los criterios para la sospecha de COVID-19. Si la fiebre se asocia a síntomas respiratorios como tos, dificultad para respirar, dolor de garganta, o resfrío aumenta la sospecha de COVID-19 y debemos realizar la consulta médica. Al mismo tiempo, si la fiebre tiene un origen establecido como, por ejemplo, una infección urinaria, y no se asocia a síntomas respiratorios deja de ser un síntoma probable de COVID-19.


Hay personas que consultan porque tuvieron “un chucho de frío” o se sintieron “más acalorados”, en estos casos se debe constatar con un termómetro la temperatura para evaluar si esa sensación se debe a una temperatura superior a 37.5 °C.  

 
Tos: es un mecanismo de defensa del cuerpo que permite mantener la vía aérea despejada. También es un síntoma frecuente que puede asociarse a múltiples entidades, que van desde el catarro de la vía aérea superior o el reflujo gastroesofágico hasta el asma entre mucha otras. Sabemos que la tos, generalmente seca, es decir sin producción de moco, es un síntoma frecuente del  COVID-19, suele  estar presente en cerca del 70 % de los casos, la mayoría de las veces asociado a fiebre. 


Si la tos lleva más de tres semanas de evolución, y no se ha modificado en el último tiempo, puede estar asociada a problemas crónicos como el tabaquismo, el reflujo gastroesofágico o el goteo postnasal  y nos aleja de la sospecha de COVID-19. Al mismo tiempo, los pacientes que presentan tos de larga data y que no tienen diagnóstico aún, pueden merecer una evaluación ya que algunas patologías como, por ejemplo, la tuberculosis, el asma o el cáncer de pulmón pueden cursar con este síntoma, entre otros. 


Para concluir, ante una tos de reciente aparición debemos prestar especial atención a si se acompaña de fiebre, lo que eleva significativamente la probabilidad de presentar COVID-19.


Alteraciones del gusto y del olfato: en ausencia de motivos que justifiquen su reciente aparición pueden ser la primera manifestación de infección por COVID-19. A las personas que presentan estas alteraciones de forma aislada, es decir sin otros síntomas, se les pide que observen si presentan nuevos síntomas durante las 72 horas siguientes y, si persisten los síntomas, que realicen un test para COVID-19 (hisopado para PCR).


Odinofagia: es el dolor de garganta que se produce al tragar. Su presentación aislada no sería motivo de consulta. Es bueno diferenciarla de la disfonía, la percepción de ganglios inflamados en el cuello o la irritación de la garganta por exposición a los cambios de temperatura. Por ejemplo, algunas personas mientras duermen respiran por la boca, y despiertan con dolor de garganta que va aliviando durante el día, este dolor que se manifiesta de forma intermitente no merece la misma atención que un dolor de reciente aparición que se manifiesta cada vez que la persona traga y se asocia a alguno de los otros síntomas mencionados.


Cansancio: es un síntoma que se presenta aproximadamente en el 40% de los casos de COVID-19, la mayoría de las veces asociado a fiebre, sin embargo no se encuentra dentro de los síntomas que el Ministerio de Salud considera para establecer la sospecha.  De la misma forma que la tos, si es un síntoma que se ha prolongado en el tiempo es poco probable que esté asociado a una infección aguda, como sería el COVID-19. El cansancio es un síntoma frecuente en la población general y puede deberse a múltiples condiciones. 


Otros síntomas: expectoración, cefalea, congestión nasal, rinorrea (secreción nasal), congestión conjuntival , dolores musculares, dolores articulares, náuseas, vómitos, diarrea, escalofríos también han sido descriptos como posibles manifestaciones del COVID-19 pero no se los considera para establecer la sospecha ya que su frecuencia es mucho menor y suelen estar asociados a los síntomas más frecuentes (mencionados previamente). La congestión nasal y ocular, la presencia de estornudos matutinos y la picazón en ojos y nariz, son síntomas típicos de rinitis alérgica, la mayoría de las personas que presentan este tipo de alergias reconocen sus síntomas y no requieren mayor atención que la habitual. 


Si bien las personas infectadas por COVID-19 pueden estar asintomáticas o presentar síntomas leves, los pacientes sintomáticos presentan fiebre en el 90% de los casos. Esto puede ayudar a diferenciarlo de un catarro o una bronquitis con tos y secreciones mucopurulentas que frecuentemente transcurren sin fiebre y de otros cuadros banales como rinitis alérgicas. 


Aún teniendo en cuenta estas apreciaciones, las dudas pueden prevalecer, y ante estas es recomendable consultar al médico preferentemente de forma virtual. Si no es posible realizar una consulta es preferible permanecer aislado por 14 días, el aislamiento debe realizarse aún dentro de su grupo familiar, es decir limitando el contacto con otros miembros de la familia.