Fascitis plantar. Dolor en el talón y la planta del pie

Una de las causas más comunes de dolor en los pies, más precisamente en el talón, es la fascitis plantar. 


¿Qué es la fascia plantar?

La fascia plantar es un tejido fibroso que une el talón con los dedos del pie. Cumple una función de apoyo (ver imagen 1).


¿Cuál es la causa de la fascitis plantar?

La distensión o sobrecarga de la fascia plantar puede causar dolor. Es más frecuente en personas que desarrollan ciertas actividades como correr, saltar, marchar, bailar o estar mucho tiempo de pie y resulta más frecuente en personas con sobrepeso. La utilización de calzado que inmoviliza el tobillo también puede favorecerla. Las personas que presentan pie plano o un arco muy pronunciado también pueden ser más propensas. 


¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma más característico es el dolor en el talón y la planta del pie que aparece de manera más intensa al levantarse de la cama apenas se apoya el pie en el suelo o luego de haber estado sentado un tiempo prolongado. La fascitis plantar puede presentarse en un solo pie o en ambos.


¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Si los síntomas son característicos en general no se requieren estudios complementarios y con la evaluación clínica basta. En ocasiones, si existen dudas diagnósticas, el profesional de la salud puede solicitar estudios por imágenes.


¿Cuáles son los tratamientos posibles?

Muchas personas logran alivio con la colocación de hielo y el estiramiento del pie. También es importante descansar de la actividad deportiva desencadenante pero sin eliminar completamente toda actividad. Puede utilizarse medicación antinflamatoria como el ibuprofeno (si no está contraindicado) para alivio del dolor. En general, el problema cede en menos de un año espontáneamente ,independientemente del tratamiento realizado. 
 
 
Para las personas que presentan mayor dificultad para desarrollar sus actividades se les puede ofrecer otros abordajes. 


La realización de ejercicios de forma sistemática (ver imagen 2), la colocación de hielo cuatro veces al día durante 20 minutos, la utilización de almohadillas para el talón en el calzado, las infiltraciones con esteroides, el “tapping” (consiste en la colocación de una cinta conteniendo el pie), los masajes en la planta del pie con una botella conteniendo hielo, o la neuroproloterapia (infiltraciones con dextrosa) pueden resultar de utilidad.  


En situaciones en las que los síntomas persisten sin respuesta a los tratamientos puede considerarse la utilización de ondas de choque, una bota o yeso y/o un tratamiento quirúrgico. 


Recomendaciones generales:


- Evitar estar descalzo.
- Tratar de no usar zapatos de suela blanda u ojotas.
- Evitar permanecer tiempos prolongados de pie sobre superficies duras.
- Tratar de no hacer ejercicio sobre superficies muy rígidas y entrenamiento excesivo.
- Si el desplazamiento es sobre superficies rígidas, utilizar calzado con amortiguación.
- Optar por calzado deportivo o zapatos con suela rígida y apoyo del arco.


Imagen 1
 
Imagen 2