Este trastorno lleva bien puesto su nombre, porque en éste se resume el problema. Las personas que presentan este síndrome se quejan de una sensación desagradable en las piernas, molestias profundas en las piernas (muy ocasionalmente puede presentarse en los brazos también) que los lleva a la necesidad imperiosa de moverlas. Los síntomas aparecen en general en reposo y más frecuentemente durante la noche.   

El síndrome de piernas inquietas es una patología benigna cuyo mayor trastorno es que puede perturbar el descanso y llevar a un menor rendimiento durante el día. No se conoce su causa pero  se ha visto que puede estar presente en varios miembros de una misma familia, sin asociarse a ninguna patología. En ocasiones puede identificarse la asociación con déficit de hierro, anemia, enfermedades neurológicas, insuficiencia renal, y también se ha encontrado una asociación con embarazo.  

Algunas personas que presentan síndrome de piernas inquietas también manifiestan movimientos de las piernas durante el sueño.

En general el diagnóstico de este síndrome no requiere de estudios, es suficiente el interrogatorio del médico para identificarlo. Su médico puede solicitar una polisomnografía (estudio que mide diferentes parámetros mientras la persona duerme) en el contexto de estar estudiando otros problemas durante el sueño, en este estudio se puede evidenciar el síndrome de piernas inquietas pero no es necesario para su diagnóstico. 

El síndrome de piernas inquietas puede variar en intensidad, puede ser leve, moderado o severo, requiriendo a veces medidas sencillas y en ocasiones tratamiento farmacológico. Hay que tener en cuenta que algunas medicaciones pueden empeorar estos síntomas o precipitarlos por lo que se debe revisar la medicación junto al médico para evitarlas.

Dentro de las medidas al alcance de todos para aliviar estos síntomas tenemos:

-    Baño de agua caliente o aplicar calor 
-    Masajes en las piernas
-    Evitar el café
-    Evitar medicaciones que lo favorecen
-    Realizar ejercicio regularmente

Cuando los síntomas son intensos y afectan las funciones diurnas, por cansancio o sueño, puede ser conveniente consultar con su médico para evaluar posibles tratamientos.