Dolor lumbar, lumbalgia, dolor de espalda

¿Qué es la lumbalgia?
 
Llamamos  lumbalgia  al dolor de espalda en la zona baja o lumbar, causado por  trastornos relacionados con las vértebras lumbares y las estructuras de los tejidos blandos como músculos, ligamentos, nervios y discos intervertebrales de esa región.
La lumbalgia puede ser aguda, si dura menos de 4 semanas; subaguda, entre 4 y 12 semanas o crónica si persiste por más de 12 semanas.
Cuando el dolor se extiende también al muslo y a la pierna se debe evaluar una posible radiculopatía (compresión del nervio).
 
 
 
¿Cuál es su causa?
 
Se origina por distintas causas, siendo las más comunes el sobreesfuerzo físico y las malas posturas.También es muy frecuente las lumbalgias producidas por cuadros de artrosis en columna, sobre todo cuando el paciente es sedentario o presenta importante sobrepeso.
Existen causas menos frecuentes como infecciones, cáncer y  fracturas osteoporóticas que requieren de un tratamiento específico que no abordamos en este texto.
 
 
¿Cómo se diagnostica?
 
Es muy importante el examen físico y el interrogatorio para evaluar si es necesario una investigación más profunda, sobre todo si existen signos de alarma como fiebre o impotencia funcional severa. La mayoría de las veces, es suficiente con el examen físico e interrogatorio.
En caso de no haber mejoría, luego de realizar un tratamiento adecuado, será necesario utilizar medios diagnósticos de imágenes como radiografías, tomografías o resonancias magnéticas, según cada caso en particular.
 
 
¿Cuál es el tratamiento?
 
Cuando la lumbalgia no está complicada, la mayoría de los pacientes con dolor lumbar agudo mejoran independientemente del tratamiento específico. Por lo general, se recomienda calor superficial. El masaje, la acupuntura y la manipulación espinal son otras opciones razonables que dependen de las preferencias del paciente. Se puede asociar el uso de antinflamatorios o analgésicos y terapias físicas (kinesiología). En el dolor agudo no está especialmente indicado el ejercicio  pero se estimula a permanecer activo. 
En ocasiones cuando el dolor no responde a este tratamiento, puede ser necesario otras intervenciones dependiendo de la evaluación médica, como los bloqueos radiculares, intervenciones quirúrgicas, osteopatía y el uso de medicaciones para el dolor crónico. 
 
En la lumbalgia subaguda y crónica se ha observado que la caminata y el ejercicio aeróbico en general, como la bicicleta o la natación, disminuyen el dolor y reduce el riesgo de futuras recurrencias. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular también han mostrado ser beneficiosos. Se debe evitar ejercicios que exacerben el dolor.
 
 
¿Puede prevenirse?
 
El ejercicio físico y la actividad física de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia.  
La práctica continua y no intensiva de deportes (se recomienda la natación) se considera útil siempre y cuando no esté contraindicada por el médico.
El ejercicio físico está contraindicado durante la crisis aguda de dolor pero no ocurre así en el dolor crónico ya que mejora la incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del paciente.
Los ejercicios para prevenir la lumbalgia suelen incluir aquellos que movilizan abdominales, dorsolumbares, cérvico-dorsales, glúteos y cuádriceps.
Algunas recomendaciones para evitar las lumbalgias son, evitar el reposo en cama, hacer actividad física regularmente y evitar el sobrepeso.
 
 
Algunos ejercicios que pueden ser útiles en la lumbalgia subaguda o crónica:
 
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