EPI, enfermedad pelviana inflamatoria

 ¿Qué es la EPI?
 
La EPI es una enfermedad inflamatoria del tracto genital femenino de origen infeccioso. No se relaciona con el embarazo o procedimiento quirúrgico. Los microorganismos o gérmenes se diseminan desde el cuello uterino y la vagina hacia el útero, trompas y estructuras pelvianas adyacentes.
 
¿Cuál es su causa?
 
Los gérmenes que más frecuentemente la producen son: el gonococo y la clamidia trachomatis. Por eso los esquemas terapéuticos propuestos siempre contemplan una asociación de antibióticos. En ocasiones se hallan involucrados otros gérmenes.
 
La EPI es una enfermedad de transmisión sexual (se contagia por esta vía) y por eso la pareja de la paciente debe recibir tratamiento, aunque el contagio puede haberse producido muchos años antes de la manifestación de esta enfermedad. La Clamidia trachomatis puede ser portada en forma asintomática y está demostrado que el tratamiento en este período reduce el riesgo de EPI. Tanto la C trachomatis como el gonococo pueden producir un amplio espectro de enfermedad desde una cervicitis purulenta hasta enfermedad pelviana grave con peritonitis o sepsis.
 
¿Cuáles son los síntomas?
 
- dolor abdominal bajo bilateral 
- dolor a la movilización de cuello y anexos (en el tacto vaginal)
- y/o fiebre (mayor a 38 °C)
 
Entre el 10 y el 17% de mujeres con cervicitis gonocóccica no tratada desarrollan EPI. La C trachomatis es el germen más común como causa de enfermedades de transmisión sexual.
 
La EPI puede tener consecuencias importantes en la salud de las mujeres. Las secuelas más temidas son la infertilidad por adherencias en las trompas y el embarazo ectópico (embarazo que se implanta fuera del útero). Las secuelas pueden aparecer aún luego de una EPI leve. 
 
Los factores de riesgo que predispone al desarrollo de una EPI son: la edad (15 a 24 años) , la situación socioeconómica adversa, un alto número de parejas sexuales, las duchas vaginales y el uso de drogas ilegales. 
 
¿Cómo se diagnostica?
 
El diagnóstico se hace mediante la evaluación clínica y ginecológica y la identificación del germen mediante distintos métodos. 
 
¿Cuál es el tratamiento?
 
El tratamiento se realiza con esquemas antibiótico que cubran los microorganismos responsables y debe prescribirse siempre a la pareja.
 
Algunas complicaciones pueden requerir la intervención quirúrgica.
 
¿Se puede prevenir?
 
El uso correcto de preservativos masculinos puede prevenir la EPI. Las persona que tienen pareja estable tienen menos riesgos que las personas que tienen múltiples parejas.