Ciberacoso en niños y adolescentes

Los niños nacidos en las últimas dos décadas son los nacidos en la nueva era de Tecnología de la Información y Comunicación (TIC), haciendo uso de ellas desde edades muy tempranas, los 3 años. Son los llamados nativos digitales. Hacen uso de toda la tecnología, pero no siempre responsablemente, ni saben protegerse de las posibles amenazas.
 
Las dificultades más frecuentes entre los niños por el uso de las TICs son: el acceso a información inadecuada para la edad, (como la pornografía, videos violentos, o sitios que explican sobre el uso de drogas ilegales); la adicción a las pantallas, pérdida de la intimidad, suplantación de la identidad y fraudes económicos.
 
Y en un renglón a parte el ciberacoso, que siendo el menos frecuente, es el más importante, porque eleva el riesgo de depresión y de suicidio. (1)
 
El ciberacoso se refiere a las agresiones contínuas que recibe el niño a través de las TICs, que disminuyen su autoestima, y daña su desarrollo social en cualquiera de todas sus formas.
 
El cyberbullying es un concepto parecido y se refiere al efecto producido entre menores de la misma edad, que se prolonga en el tiempo, sin incluir la esfera sexual, mediante las TICs.
 
El grooming es el acto deliberado por un adulto sobre un niño para ejercer control emocional, y con contenido sexual. El sexting es el envío de material con contenido erótico o pornográfico por teléfono, que se relaciona con mayor riesgo de conductas sexuales de riesgo en mujeres adolescentes.
 
Y también aparecen el Phishing (fraude al adquirir información confidencial), Gossip, (difusión de rumores en forma anónima), y Happy slapping (grabación de peleas urbanas para subir a las TICs y comartir). (2)
 
Las diferencias entre el bullying y el ciberbullying son que, en el segundo, el acosador puede tener un perfil falso o anónimo, la difusión a la inmensa audiencia y con gran o total desinhibición, prolonga y profundiza la patología en las víctimas. La mayor exposición en el tiempo, y a la audiencia, es lo que lastima más profundamente a la víctima. (3)
 
Un trabajo en adolescentes de España, mostró que el 5,9% de los niños encuestados fueron víctimas de ciberbullying, y los padres declararon que la incidencia en sus hijos era menor, lo que demuestra no estar enterados de la situación en muchos casos.
Mientras en otro trabajo de población similar, el 20% de los niños reconoció haber tenido contacto virtual con desconocidos, y un 18% llegó a hacer contacto con un desconocido con quien se hubiera contactado mediante internet. (4)
 
Las víctimas de este problema pueden tener diferentes signos y síntomas, fundamentalmente en su conducta habitual, pero también cambios físicos. Algunos niños pueden reaccionar ocultando lo que les pasa, por medio a que se les prohíba el acceso a las TICs, ocultarán sus sentimientos y tratarán de navegar cuando se encuentren solos, aislándose de los demás para no evidenciar el problema.
 
Otros niños, al contrario, pueden sentir que ellos saben del tema y sus padres no, por eso no lo consultarán con los progenitores, y quizás lo hagan con amigos. Esta suerte de arrogancia hace que reaccionen en defensa, atacando o descalificando a sus propios padres, sosteniendo una actitud enojada.
 
Los padres deben estar atentos al cambio de actitud y de hábitos en sus actividades cotidianas (alimentación, sueño, rendimiento escolar, abandono de actividades, encuentros con amigos, etc); así como cambios en el apetito y en el peso, somatizaciones, dolores inexplicables, etc. (5)
 
Esta nueva problemática debe pensarse como una posible causa de cambios en la conducta de los adolescentes o nuevos síntomas como cefaleas, insomnio, trastornos digestivos, etc.
 
Cuando se sospecha y se detecta cyberacoso lo primero es hablar con el niño o el adolescente, hacer explícito el problema, explicando que esto no es su culpa y dando mensajes de apoyo. Puede ser pertinente una consuta médica, evaluando el alcance del problema, los riesgos y cuánto afecta la salud mental del niño o adolescente. Puede ser una estrategia implicar a la red social (escuela, amigos, padres de amigos) para una mejor contención. Y en los tipos de ciberacoso donde los agresores son mayores de edad se debe realizar la denuncia correspondiente.
 
Sin duda la prevención a través del uso responsable de las pantallas es la primer arma de la que disponemos para evitar este tipo de situaciones. 
 
Autor: Diego Terceiro 
 

 
(1) Kindrick K, et al. Bullying, cyberbullying, and teen suicide: results from the 2011 youth risk behavior survey. Poster presented at: 166th Annual Meeting of the American Psychiatric Association; May 18-22, 2013; San Francisco, CA. NR7-18.
(2). Observatorio de la Seguridad de la Información. Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO). Estudio sobre hábitos seguros en el uso de las TIC por niños y adolescentes y e-confianza de sus padres. 2009. Disponible en: www.inteco.es
(3). Wang J, Nansel T, Iannotti R. Cyber Bullying and Traditional Bullying: Differential Association with Depression. J Adolesc Health. 2011; 48(4): 415-7.
(4). Fierro Urturi A, Esther Vázquez Fernández M, Alfaro González M, Muñoz Moreno M.F, Farma Nestares, Rodríguez Molinero L, et al. Los adolescentes ante las Nuevas Tecnologías ¿Beneficio o Perjuicio? Boletín Pediatría. 2013; 224(3): 117-8.
(5). Salmerón Ruiz. Casas Rivero. Pediatr Integral 2013; XVII(7): 529-533