Mordeduras

Las mordeduras de animales son muy frecuentes y se estima que uno de cada dos habitantes es mordido a lo largo de su vida.La mayoría de las víctimas son niños en edad escolar, casi siempre mordidos por sus propias mascotas o por animales conocidos (en primer lugar perros y luego, gatos). 

Un 10 a un 20% de las mordeduras se infectan y lo hacen con los gérmenes de la boca del agresor, de la piel de la víctima o del medio ambiente. La severidad de la infección está determinada por la localización de la herida y por el estado inmune del huésped.

Las mordeduras humanas son menos comunes, pero potencialmente más graves, especialmente aquellas ocurridas durante peleas con los puños en las cuales éstos han sufrido laceraciones con los dientes.
 
Las lesiones producidas por mordeduras responden a cuatro tipos básicos: laceraciones, avulsiones o desgarros, punciones y arañazos. 

Mordeduras de perro
Las mordeduras más graves son aquellas producidas por los canes de mayor tamaño (peso mayor a 20kg) ya estos perros son capaces de lograr grandes presiones mandibulares y producir lesiones severas por aplastamiento. El riesgo de infección oscila entre un 15 y un 20%.

Mordeduras de gato
Estas mordeduras suelen ser más serias que las caninas, ya los dientes de los gatos son pequeños, delgados y extremadamente afilados, lo que hace que puedan penetrar fácilmente en las articulaciones y los huesos y conduce a una mayor probabilidad de artritis séptica y osteomielitis. El riesgo de infección de una mordedura de gatos oscila entre 30 y 80%. 

Mordeduras humanas
Las mordeduras humanas son más graves y presentan un muy alto riesgo de infección y complicaciones. A pesar de ser habitualmente desestimadas, el inóculo de gérmenes es mayor que en las mordeduras por animales.
 
Tratamiento
 
1) Lavado de la herida
En primer lugar se debe hacer con agua y jabón, lo cual es eficaz para reducir la infección bacteriana o viral (como en la rabia). Para el caso de las heridas pequeñas y superficiales estas medidas son suficientes. Las heridas  profundas y las punzantes deben ser lavadas con abundante solución fisiológica a presión teniendo el cuidado de no inyectar dentro de los tejidos, sino en su superficie.
 
2) Evitar el cierre de la herida
Como regla general, las heridas por mordedura de perro deben dejarse abiertas ya que el riesgo de infección estaría incrementado en caso de sutura. Esta conducta es especialmente importante en heridas punzantes, en aquellas que presenten más de 24 horas de evolución y en heridas que ya están infectadas.  
 
3) Inmovilización
Todas las heridas por mordeduras deben inmovilizarse, especialmente las que parecen infectadas y las de las manos. También se requiere la elevación del brazo. La finalidad de estas dos maniobras es disminuir la inflamación. Esto puede lograrse usando una valva plástica o cabestrillo, durante un período de tres a cinco días.
 
 4) Antibióticos
En ocasiones, es necesario el uso de antibióticos en este tipo de heridas. Es muy importante la consulta médica a la brevedad para definir la conducta terapéutica.

5) Profilaxis antitetánica
En los paciente que hayan recibido durante su vida más de tres dosis y no hayan transcurrido más de diez años desde la última, no se debe hacer nada. Si se desconoce el estado inmunológico del paciente, o se sabe que ha sido vacunado con tres o menos dosis, se debe indicar la vacuna doble (contra  tétanos y difteria) en adultos y un refuerzo de la triple en los menores de siete años.
Si Las heridas son muy profundas o  está contaminadas con saliva, tierra, o heces y el paciente desconoce si tiene tres o menos dosis se debe indicar un esquema completo de vacunación ( el toxoide más la gamaglobulina ). Si su esquema es completo con más de tres dosis pero transcurrieron más de cinco años, se debe dar un refuerzo con la vacuna doble en adultos y la triple en niños.
 
6) Profilaxis antirrábica
Uno de los puntos más difíciles de decidir es cuándo y a quién indicar el tratamiento antirrábico.
Es necesario la consulta médica para definir la necesidad de este tratamiento.
En los siguientes casos es necesario el esquema de vacunación antirrábica al paciente:
 
·         Que haya sido mordido por un animal salvaje (aún si es una mascota conocida y de aparente bajo riesgo), un animal recientemente fallecido, desaparecido o imposible de ser ubicado (por lo tanto imposible de ser observado).
·         Que haya sido mordido por un gato o un perro sin vacunación.
·         Que no haya habido provocación o causa que justifique el comportamiento del animal.
·         Que la mordedura se haya producido en un área geográfica de ocurrencia permanente o esporádica de rabia.
·         Que la localización de la herida sea en la cara, la cabeza, el cuello o las manos.
 
La consulta médica precoz es de fundamental importancia en casos de mordeduras