Detección precoz del cáncer de colon

¿Qué es el cáncer colorrectal? 
 

El cáncer de colon y recto, o cáncer colorrectal  es el tumor maligno que se desarrolla en la última porción del tubo digestivo, compuesto por el colon y el recto (intestino grueso). 
Es el segundo cáncer más frecuente en nuestro país. El 90 % de los cánceres colorrectales se producen en personas mayores de 50 años de edad y en la mayoría de los casos este cáncer se origina en lesiones precursoras denominadas pólipos adenomatosos. Estos pólipos son tumores de la pared interior del colon o del recto y son muy comunes en personas de más de 50 años de edad. La mayoría de los pólipos son benignos, pero algunos pueden transformarse en malignos y originar un cáncer de colon o recto con el tiempo.



¿Cómo se puede prevenir?


Teniendo un estilo de vida saludable, realizando actividad física en forma regular, no fumando y teniendo una alimentación rica en verduras y frutas y moderada en el consumo de carnes rojas y grasas. También realizando exámenes preventivos. 



¿Qué estudios se aconsejan para la detección precoz de cáncer de colon o recto?

Existen varias opciones de estudios. Las que son más utilizados son:



-Estudios en materia fecal: Tanto los pólipos como los cánceres colorrectales pueden sangrar. Esta prueba permite identificar estas pequeñas cantidades de sangre que no se pueden ver a simple vista en la materia fecal. Si bien la presencia de sangre puede ser un signo de cáncer colorrectal también el sangrado puede estar ocasionado por otros problemas, como hemorroides, divertículos o fisuras. Si el resultado de la prueba es positivo, o  sea, se detecta la presencia de sangre, se debe completar el estudio con una videocolonoscopia para determinar el origen del sangrado. Existen diferentes técnicas para detectar sangre en materia fecal, dependiendo de cuál sea la técnica utilizada en el laboratorio la preparación puede ser diferente y la predisposición para realizar el estudio puede variar, ya que para la técnica de Guayaco se requiere varias muestras y una dieta especial y para la técnica de inmunoquímica sólo se requiere una muestra sin preparación previa. 



-Videocolonoscopia o colonoscopia: esta prueba permite examinar el colon y el recto en toda su extensión con un colonoscopio, que es un instrumento tubular delgado y flexible que tiene una fuente de luz y una pequeña cámara de video en el extremo. A través del colonoscopio se visualiza toda la pared interna del intestino en busca de lesiones.  También se pueden pasar instrumentos especiales para tomar una muestra de alguna lesión sospechosa (biopsia) o extirpar cualquier área que se vea sospechosa, como pólipos, de ser necesario.
Es necesario realizar una limpieza completa de todo el colon antes de realizar este estudio. Para realizarla la mayoría de las personas reciben algún tipo de sedación o anestesia durante la misma.



- Otros estudios
Existen otras opciones como la colonoscopía virtual o por tomografía computada, la sigmoidoscopía,  y las pruebas de detección de ADN en materia fecal. Estas pruebas son menos utilizadas pero también se han considerado para el rastreo de cáncer colorrectal. La sigmoidoscopía no se recomienda en mujeres mayores de 60 años, por la incidencia de cáncer de colon derecho (zona del colon que no logra evaluar la sigmoidoscopía).


¿Cuáles son las posibles estrategias de rastreo en la población general (con riesgo promedio)?


• Prueba de sangre oculta en heces fecal de guayaco de alta sensibilidad o prueba  inmunoquímica fecal (FIT) que debe realizarse anualmente.
• Colonoscopia cada 10 años 
• Colonografía por tomografía computarizada cada 5 años (Colonoscopia virtual)
• Sigmoidoscopia flexible cada 5 años
• Sigmoidoscopia flexible cada 10 años + prueba inmunoquímica fecal anual
• Pruebas de detección de ADN-FIT cada 1 a 3 años

 

¿Quién debería realizarse los estudios de rastreo o detección precoz? 


Existe una población que presenta un riesgo más elevado para la presentación de cáncer de colon en quienes se recomienda el rastreo. Dentro de este grupo se encuentran las personas que tienen diagnóstico previo de cáncer colorrectal, pólipos adenomatosos o enfermedades inflamatorias del intestino (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn). También quienes tienen antecedentes familiares de trastornos genéticos como el síndrome de Lynch o la poliposis familiar y personas que tengan familiares directos (madre, padre, hermanos o hijos) con antecedentes de cáncer de colon o recto. Estos grupos requieren de estrategias especiales de rastreo, diferentes sobre todo en la edad de inicio y en frecuencia, respecto de la población general.

 

Para la población general se recomienda para las personas mayores de 50 años que deseen hacer estudios preventivos del cáncer de colorectal. 



Como referencia la USPSTF (U.S. Preventive Service Task Force, panel intependiente de expertos de Estados Unidos, especializados en prevención de enfermedades y medicina basada en la evidencia científica) encontró evidencia convincente de que la detección del cáncer colorrectal con pruebas de heces, colonoscopia, colonografía por TC o sigmoidoscopia flexible en adultos de 50 a 75 años proporciona un beneficio sustancial para reducir la mortalidad por cáncer colorrectal y aumentar los años de vida ganados. Esta organización amplió la recomendación a personas mayores de 45 años encontrando que podrían ser también beneficiadas por el rastreo. 



¿Cuál es el beneficio de la detección precoz del cáncer de colon y recto?


El principal beneficio demostrado es la reducción de la mortalidad por esta enfermedad.

Si queremos entender cuál es el beneficio en números, podemos comentar algunos estudios que nos permitirán comprender a qué nos referimos cuando hablamos de  disminución de la mortalidad.

Un estudio noruego publicado en 2014 en la revista JAMA, que comparó una población a la que se le ofreció como estudio de rastreo una sigmoidoscopía  con una población que no fue expuesta a estudios de rastreo. A la población estudiada si el resultado encontraba alguna lesión se le ofrecía una colonoscopía. La población que se tomó en cuenta eran personas de  55 a 64 años y fueron seguidos durante 11 años para evaluar la incidencia y la mortalidad por cáncer de colon. El estudio mostró una disminución de la incidencia y mortalidad en el grupo que fue estudiado como sigmoidoscopía y mostró:

Se evitó 1 muerte por cáncer colorrectal por c/1000 personas. 

La mortalidad específica por cáncer fue de aproximadamente 4/1.000 en el grupo que no tuvo controles y el 3 por 1.000 en el grupo que realizó la sigmoideoscopía. 

Este beneficio probablemente sería mayor si se hubiese extendido el seguimiento y si la adherencia de las personas a las prácticas preventivas hubiese sido mayor también.



En 2018 se publicó en BMJ (British Medical Journal) un estudio que estimaba de forma teórica los pro y contras del rastreo de cáncer de colon. Se basó en un modelo de simulación sobre datos de una población de Noruega de  50 a 79 años de edad con un riesgo variable entre 1 a 7 % de cáncer de colon. Este análisis arrojó que:

Con un riesgo del 3% de cáncer colorrectal con la prueba inmunoquímica fecal anual o colonoscopia única se redujo la mortalidad por cáncer colorrectal en 6 de cada 1000 personas. La mortalidad por cáncer colorrectal en la población no sometida al rastreo fue de nueve muertes por cada 1000 personas. 


Es decir que en el grupo sin control fallecieron 9 personas (de 1000) por cáncer de colon y en el grupo que fue estudiado fallecieron 3 personas (de 1000).


La colonoscopía y la sigmoidoscopía también redujeron la incidencia (número de casos nuevos) de cáncer de colon.
Con un riesgo del 3%, la reducción relativa estimada de la mortalidad por todas las causas (es decir una reducción de la mortalidad por cualquier motivo) fue de alrededor del 1,5%, lo que corresponde a una reducción de cinco por 1000 individuos (la mortalidad por todas las causas se redujo de 328 a 323).

La mayoría de las recomendaciones se basan en revisiones de estudios y son analizadas por expertos, pero en el ámbito científico también existen las divergencias. 



Un equipo de autores internacionales planteó tomar la decisión del rastreo de cáncer de colon en forma individualizada, basada en el riesgo individual y en las decisiones compartidas, en vez de ajustarse a las guías que recomiendan el rastreo según la edad y los antecedentes. Para conocer más sobre esta estrategia se recomienda fuertemente abordar el tema con un profesional que pueda facilitar la interpretación de estas recomendaciones que se pueden encontrar en los siguientes links:

https://www.bmj.com/content/367/bmj.l5515
https://magicevidence.org/match-it/190220dist/#!/
https://qcancer.org/15yr/colorectal/ 

 

¿Cuáles son los potenciales riesgos de la realización de estudios de rastreo para el cáncer de colon y recto? 

 

Respecto de los procedimientos en sí mismos podemos decir que la detección de sangre en materia fecal no implica ningún riesgo, aunque puede resultar desagradable para algunas personas y suele suceder que no se cumple con la recomendación de repetirlo anualmente. En cuanto a la colonoscopía es un método bastante seguro aunque implica la realización de una limpieza del intestino con laxantes y abundantes líquidos y someter a la persona a anestesia general para el procedimiento. 

Si bien la colonoscopía es en general un procedimiento seguro, 1 de cada 1.000 pacientes aproximadamente puede presentar alguna complicación por el procedimiento como hemorragias graves, 1 de cada 2000 presentará una perforación intestinal y 1 de cada 33.000 fallecerá, los pacientes mayores tienen más probabilidades de experimentar estos daños. Estas cifras pueden modificarse según el centro dónde se realice el estudio. 


Por otra parte, el inicio de estudios puede implicar la detección de pólipos que tal vez nunca vayan a causar ningún daño en la salud de la persona pero que al encontrarlos implicará futuros controles con nuevas colonoscopías. Esto puede resultar en situaciones de estrés y de incertidumbre para las personas, que se verán sometidos a procedimientos invasivos de forma reiteradas. Es difícil saber si estas intervenciones preventivas evitan que determinados pólipos evolucionen a un cáncer de colon/recto o si estamos tratando pólipos que nunca causarán daño.